El duelo y sus fases

EL DUELO, son esas fases que se pasan cuando nos llega algo inesperado y no deseado, como la muerte de algún ser querido o la llegada de alguna enfermedad que te marcará para el resto de tus días. Ese duelo es bueno pasarlo, porque así sabes que estas superando esa perdida o mala noticia.

La ayuda de profesionales es la mejor opción para salir de todos estos estados y no caer en una profunda depresión, ellos te ayudarán a darte cuenta en qué fase se está y cómo salir de ella. Yo al recibir la noticia que tenía esclerosis múltiple no conocía nada de todas estas fases y mira que ya había perdido a mis padres con otras enfermedades. Una vez pasado el tiempo y cuando miro hacía atrás, me doy cuenta que pasé por cada una de esas fases, y mientras las pasaba, ni sabía que me estaba pasando, no había caído en ello por la falta de conocimiento y que yo pensaba que era más fuerte que eso, que eso a mí no me pasaba y sí, me pasaba, yo pensaba que podía ante todo lo que me estaba pasando, pobre de mí, que valiente es la ignorancia.

Las típicas fases que tiene el duelo son:

  • Negación: no aceptarlo es lo normal, dudar hasta del diagnóstico del médico o pensar que la situación no es real, eso no te puede estar pasando a ti y que será un mal sueño del que vas a despertar y veras que no es real, esta fase te llena de miedo, y te da a la vez una falsa realidad, donde crees que eres más fuerte y puedes con lo que te pasa.
  • Enfado: entras en un estado de ira, de enojo, estas enfadado con todo y con todos, porque te vas dando cuenta que lo que te ocurre es verdad, ya el estado de negación ha pasado a real y ahora pues te enfadas con esa situación, te echas en cara posibles acciones tuyas que te han podido llevar a eso, odias la nueva situación hasta que empiezas a aceparla y ves que, con ese enfado, no vas a solucionar nada.
  • Negociación: vale, la enfermedad es real, la perdida de ese ser querido no va a cambiar, te has dado cuenta de que enfadarte no te lleva a estar mejor y empiezas a ponerle condiciones a la vida, a negociar con la enfermedad o con la situación, como si eso fuera lo correcto y te pudieran aceptar esas condiciones, son pasos normales a tu aceptación, te empiezas a dar cuenta que puedes vivir con esto, pese al dolor, aunque tengas unas carencias que antes no tenías, sin darte cuenta, empiezas a ser fuerte.
  • Depresión: esta fase sin duda es la más dura, la más difícil de superar, porque no te das cuenta de ella, no piensas en ningún momento que eso te está pasando, te das cuenta luego cuando la pasas, pero lo peor, que no solo te haces daño a ti mismo, sino también a los que te rodean, en mi caso, darme cuenta de eso creo que fue lo que me hizo salir de esta fase. Tenía unos cambios de humor tremendos, tenía días en los que era insoportable, unos días lloraba sin motivo alguno, recuerdo días de tener que irme a dar un paseo a calmarme, porque yo hacía complicada a una situación sencilla, que no explicaba ni justificaba mi reacción. Me iba a dar paseos de huida de mí mismo, que curiosamente, lo único que hacía era todo menos huir, era ir a encontrarme, a echarme en cara a mí mismo mi enfado, pensé que nadie tenía, ni yo mismo, culpa de mi enfermedad, de mi estado de frustración, no era justo que yo estuviera así con los que me rodeaba, no conmigo mismo, no lo merecíamos, era un esfuerzo diario, donde la paciencia y sobre todo del amor incondicional a mí de los que me rodeaban, sobre todo de mi mujer e hija, y tuve la suerte de cambiar mi forma de actuar, lo hable con ellas y las pedí perdón, las di gracias por todo y las hice participes de lo que estaba pasando desde mi interior, todo eso, sacarlo fuera, creo que me ayudo a superar este fase.
  • Aceptación: después de la fase más dura y difícil, es en la fase de aceptación donde se aplica el refrán de “después de la tormenta, llega la calma”, es cuando empiezas a ver luz al final de túnel, empiezas a poner color a situaciones anteriores que veías como grises o negras, te das cuenta de que ahora tu vida es diferente. Puede ser resignación, puedes llegar a pensar “es lo que hay”, pero creo que es fundamental como lo aceptes lo que hará que esa situación sea más llevadera, depende de uno mismo transformarlo a una visión positiva, eso te hace tener mucho ganado aceptar esa nueva vida, con esa pérdida o con esa enfermedad. ¿Y cómo pensar en positivo ante una situación difícil?, pues no es fácil, nada fácil, igual está en los genes, igual se entrena, unos lo traen de fábrica, otros necesitan ayuda externa, no lo sé, pero parto de la base que, me hay que darse cuenta de que ese problema existe y es real, de que hay que seguir adelante, no queda otra. Aceptar con humildad esta situación te hace cambiar la visión de muchas cosas que antes considerabas de peso en tu vida y ahora no lo tienen, ese peso a cambiado hacia otras cosas que antes ni parabas a saborear, yo puedo decir, desde mi aceptación que la esclerosis múltiple me ha hecho mejor persona y me está ayudando a ser más feliz.